En el rincón más oculto de la fantasía, la realidad baila una danza macabra con la ficción y los recuerdos disfrutan sus días cortejando a los deseos, que juegan caprichosos por los bucólicos jardines del palacio de la esperanza. Allí todo tiene un lugar donde reposar como una gota de agua que se funde al caer en el mar. Os doy la bienvenida a un mundo donde el caos cobra armonía... esto es el mundo de Doblezero.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Nacionalismos

Corre, huye, se escapa... pese a que intento sin desmayo hacer al tiempo cautivo de estos coloridos renglones, siempre consigue posponer mi desdichada osadía haciéndome partícipe y esclavo de sus propias andaduras. Como el más vetusto de todos los ancianos de la creación ha jurado compartir las alegrías y compadecerse de las angustias de todos los hombres.
Suya es la batuta que dirige el ritmo del universo, que ordena el color de los campos y el oscurecimiento de los mismos, el cándido verdor y el desértico yermo, el día y la noche, la vida y la muerte...
Ahora, en esta época del año, la arena de las playas se parece a la del desierto; las terrazas de los bares solo se llenan de gotas de lluvia; los parques esbozan un canto fúnebre entonado por los chirríos de los columpios que son empujados por el viento; las calles nocturnas, más que nunca, escuchan el eco del silencio que permanece sonámbulo.
El caso es que muchos "sabidillos" de hoy en día atribuirían este devenir cronológico a la diosa madre tierra, a Gaia o a algún dios celta... Todo esto alzando los puños hacia el horizonte mientras se esconden tras efímeros trozos de tela por los que estarían dispuestos a verter su sangre, la tinta corrosiva que se disfraza de heroísmo en las páginas de la historia. Su tesoro es la tradición; y, ciertamente ha de ser un gran tesoro, dado que su brillo cegador hace que dimane un hálito de leyenda de toda esa manifestación histórica; aunque, pensándolo bien, el halo que brilla es la historia sobre el gran imperio de la leyenda. La mejor arma es, sin duda, la lengua, que como todo el arsenal mundial actual se forja en los laboratorios; y, para evitar incursiones de extraños goza de un sistema de encriptación potentísimo, de modo que, cuanto más evolucionada está la lengua más aumenta, hoy en día, la imposibilidad de descifrarla.
Pero no, no son los misiles de la carrera armamentística de la Guerra Fría. Estos artefactos que citábamos tienen la noble finalidad de la defensa de la “patria”. ¡Oh, sí! La erección de una cultura superior, la hegemonía territorial de una sociedad sobre cuatro montes y dos colinas. Al fin y al cabo, este separatismo cultural o étnico se asienta sobre grandes precedentes, que serán fieles corceles sobre los que cabalga la historia: he ahí el orgullo de la raza aria; o, qué mejor ejemplo de persuasión que los gulags soviéticos; sea como fuere, el objetivo es idéntico: ensalzar a un grupo por encima de los demás.
Es triste saber que estamos abocados a ser unos eternos miopes. Intentamos vislumbrar a la persona en su unidad radical para hacerla centro gravitatorio de nuestro pensamiento; y, sin embargo, sólo podemos percibir una tenue luz borrosa, que son los factores externos al hombre, lo que conlleva que se pierda aquel centro gravitatorio, propiciándonos un potente batacazo.
Descifro el jeroglífico: el orgullo nacionalista, el patriotismo o cualquier otra manifestación de narcisismo comunitario solo se fija en elementos de unión, de acercamiento, de fraternidad o simplemente de complicidad ínfimos; suponen la cumbre de un enorme iceberg, cuando toda la vorágine gélida que se oculta en lo más hondo es lo verdaderamente importante.
Es cierto, hay que respetar las culturas, pero no como elementos de desunión. Qué más da si somos blancos o de color, hombres o mujeres, autosuficientes o dependientes, jóvenes o ancianos... ¿por qué hacer distinciones? ¿a qué viene tanto separatismo? ¿qué significa una bandera si el único que puede compartir tus alegrías y tus penas es tu hermano?
Dios mismo bajó a la tierra a unirnos a todos, a proclamar la igualdad de nuestra dignidad, a suprimir nuestras divisiones... y, ¿cómo respondemos nosotros? Creando diferencias...
A este ritmo, queridos amigos, llegaremos a hacer posible lo que irónicamente preconizan los anuncios de IKEA, que nos invitan a construir la República Independiente de Nuestra Casa.
¡Viva la Revolución! Y a ver cómo acabamos...

jueves, 7 de octubre de 2010

¡Viene el Papa!

Y los rotuladores que disipan los colores de los calendarios comienzan a correr raudos hacia las inagotables filas del INEM, tan de moda hoy en día.
Suele decirse, por endulzar las páginas de revistas y periódicos, que ningún líder político puede hacer que tanta gente dilate las telas y tense las cremalleras de sus maletas para transportar sus anhelos y esperanzas a los recovecos más ocultos del planeta. ¡Oh, cuan gran ingenio! ¡Qué gran descubrimiento! ¡Y, que supina barbaridad!
Tampoco hemos de ser ingenuos soltando de sus cadenas a la ignorancia; más bien dejemos volar la evidencia dándonos cuenta de que sí, algunos personajes públicos, especialmente los embaucadores, manipuladores, sofistas... ¡ah, que me desvío! Me ha obstaculizado el subconsciente; en fin, en especial los del mundo político, canalizan sus esfuerzos para aumentar el caudal de su fama, estancada por la seguridad del embalse de la popularidad y que, a su vez, se refuerza con el argamaso del prestigio social, engañando como un espejismo los ojos, siempre carentes de análisis crítico, de las masas sociales. Cierto, cierto... haberlos hailos, pero no son sino una supurante fístula (discúlpese esta desagradable imagen) que se desglosa como un tumor en metástasis en el gran cuerpo que forman los innumerables fieles que se congregan para el mismo fin (parece menester cambiar de tema para evitar las náuseas).
Ahora bien, tras este pequeño excursus retomemos el hilo de la cuestión para seguir tejiendo sobre aquel esbozo que antes trazábamos. Esto es, dejemos a periodistas y literatos con sus elucubraciones y caminemos hacia el horizonte para percibir con mayor claridad la verdadera realidad, la fe, que mueve a un sinfín de personas, tanto jóvenes como adultos o ancianos a congregarse en torno a un solo personaje.
Quieren hacernos entender que lo que atrae a esas “hormiguitas” hacia su gran “hormiga reina” es el poder que emana del tamaño de su influencia social o del aroma a popularidad que brota a través de los poros de la piel de los medios de comunicación. ¡Qué absurda exhortación! ¡Qué arenga más pueril! Podrían cuidarse más las palabras que se utilizarán a continuación pero, de nuevo me va a fallar el subconsciente; ¡ah, no, si lo permito no se trata de subconsciente! Bah, a lo que íbamos: quien congrega es Cristo, por quien se sacrifican los fieles es por Cristo... a quien todos desean ver es al vicario de Cristo, y no por ser vicario, sino por ser el representante de Cristo en la tierra. ¿A quién le importan las palabras de un anciano que pronto comenzará a entablar una dialéctica con el fin de sus años? ¿Quién puede admirar a un hombre que como mucho iguala en belleza al enano gruñón de Blancanieves? ¿A quién le importan las palabras de aquel que pergeñando retahílas de párrafos puede hacer llorar a las rocas? Y, sin embargo, los jóvenes admiran a ese anciano; su belleza física permanece velada tras el gran telón de la belleza intelectual; y, la fortaleza del aburrimiento es sitiada por la verdad que imprime en sus palabras.
¡Oh, no!... no iremos a Santiago de Compostela a ver a otro soporífero intelectual; tampoco queremos ver a un ídolo al que imitar (aunque bueno sería)... lo que verdaderamente queremos sentir es el candor de un simple instrumento, de un humilde canal, por el que suena la armonía siempre agradable del canto que el Espíritu Santo compone eternamente para su Pueblo.
¡Enteraos ya! El Señor nos llama y nos reúne y está en medio de nosotros. ¿Viva el Papa? ¿VIVA EL PAPA? ¡Bobadas! ¡VIVA CRISTO! ¡VIVE CRISTO! Porque solo Él es capaz de donarnos a una humilde y sencilla persona que siendo siervo de todos sea, a su vez, la persona más admirada del planeta.
¡Que engañen a otro!

domingo, 19 de septiembre de 2010

Soy cristiano

Así es, has leído bien el título: soy cristiano. Lo he vuelto a repetir; si te he ofendido con ello, estimado lector, te pido disculpas, ya que no era mi intención herir tus sentimientos, al igual que los crucifijos que cuelgan (o que en la mayor parte de los casos, colgaban) en las aulas, despachos o recepciones tampoco pretenden que nadie se sienta (o sintiese) incómodo. Si, por la contra, te sientes identificado/a con estas palabras, quizás formes parte de un grupo de valientes del cual me enorgullezco de ser partidario; sí, sí, de valientes he dicho, y me jacto de ello aunque, como dice un amigo mío, formamos parte de una selecta minoría que va en decrecimiento (sea dicho, de paso, que no estoy de acuerdo con ello; será que confío en la Providencia o quizás, simplemente, que me gusta llevar la contraria).
El caso es que los medios de comunicación a modo de músculos y el abuso de poder como su articulación principal dan consistencia a un gran sistema vertebrado cuyo esqueleto no es otro que destruir todo atisbo de trascendencia en el ser humano. Con el bisturí de la manipulación pretenden diseccionar nuestro baúl interior, donde están guardados, entre otras cosas, nuestros valores. ¡Qué pobres infelices somos! Al fin y al cabo, los hombres hemos hecho zarpar el barco del poder y, ahora, el propio barco, como si de un espectro fantasma se tratase, se alza en rebelión contra su propio capitán.
Nuestras mentes se están convirtiendo en unidades virtuales carentes de todo tipo de información; estamos en manos de un gran hacker que está destrozando nuestra CPU con el gran virus del sinsentido; el cual, penetra, a la velocidad de la luz, por la gran red de la sociedad. Existe un potente antivirus, un indestructible candado que puede hacer de aquel baúl de los valores un bastión inexpugnable: su nombre es Dios; no está patentado por Microsoft ni por Apple y tampoco pertenece al amplio espectro de software libre de Linux. Sin embargo, te aseguro que ofrece una calidad sin parangón y tiene garantía ilimitada; puedes disponer del servicio técnico las 24 horas del día y, si no quedas satisfecho con las prestaciones obtenidas, no sólo te devuelven lo que has invertido, sino que, para mejorar la rentabilidad, proporciona un gran número de intereses.
Para su obtención basta con un simple registro que se realiza a través de la conversión de corazón y es suficiente con la aceptación de los términos legales, como es habitual en los registros. Para completar la información puedo resumir estos términos legales en las dos exigencias principales: fidelidad y oración. Solo el proveedor oficial del producto, y en situaciones especiales un intermediario, el sacerdote, podrán tener acceso a tu I.P., a la que llamaremos, por si alguien desconoce estos términos informáticos, conciencia. Y, claro está, tienen opciones extra como es la posibilidad de obtención de datos personales en función de una comunicación a terceros. Esta función, optativa, recibe el nombre de testimonio, y, si bien es voluntaria, también es muy recomendable.
No soy el mayor conocedor del producto pero, como se aprecia obviamente, estoy muy satisfecho con los resultados obtenidos. Te invito, amigo/a a que colabores en esta campaña de marketing. Los fabricantes de aquel gran virus que citábamos intentan, con todos los medios posibles, destruir esta campaña, de ahí que comenzasen por eliminar los logotipos de la marca, que no son otra cosa que los crucifijos que nombrábamos al comienzo de estas líneas. ¡Pobres de ellos! No se dan cuenta, por ejemplo, de que, aunque a alguien le quiten todas las fotos de su familia, en lo más hondo del recuerdo y en la alacena del sentimiento, que cuelga en la estantería del corazón, permanece sólidamente grabada la existencia de esa familia en su interior. Está claro, nos quieren quitar las representaciones de Dios; pero, Dios permanece para siempre.
Dicen que los cristianos vivimos de una fantasía, que Dios no existe. Podría ser, no lo se. Quizás tengan razón y, como niños pequeños, nos divertimos a través de un simple sueño. Es posible que no exista un Más Allá y que todo se acabe en el vacío. A lo mejor no existe nada y, simplemente, vivo feliz con mi fábula. Pero ¿y si se da la casualidad de que Dios existe de verdad? ¡Pobrecillos! Ellos se lo pierden.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Suspiros en su última agonía.

Resbala por mis venas un ácido corrosivo que abrasa mis entrañas y un dolor como el de una bala perfora mi corazón, más y más hondo con cada latido. La vida vuelve a mover pieza poniéndome en jaque; pero no, no voy a darme por vencido; todavía quedan muchas jugadas en esta batalla donde las piezas del sinsentido combaten contras las del optimismo sobre el tablero de la esperanza. Aún no es el momento de asestar el golpe final a mi enemiga con el mayor ariete de mi colección, la fe; todavía es turno de sufrir la acometida despiadada de todo el arsenal maléfico que se aproxima sin piedad.
Hace varios siglos, en un momento de trágica, a la par que serena, inspiración gritaba el gran poeta Jorge Manrique, dando el mayor salto posible sobre el gran barranco de la desolación, que "nuestras vidas son como ríos que van a dar a la mar que es el morir". Me llena de satisfacción confiar en que las tormentosas aguas que se rompen contra las orillas y corren raudas y veloces para llegar a su destino, ven colmados sus anhelos cuando llegan a mejores aguas, donde descansan tranquilas en una serenidad eterna.
Se comienza a apagar el color, que lucía con tanto vigor, de la rosa que otrora abriéndose desde sus adentros me regaló el calor que se destila de la luz del sol. Juntos, siempre, como frutos de la misma raíz, superamos las inclemencias del tiempo: ni la frialdad de los años que hemos pasado lejos, distanciados por el jardinero del porvenir; ni las ardientes heladas de los sinsabores, ya pretéritos, que afrontamos juntos, pudieron separarnos...
Ahora superas el último obstáculo hacia la meta, pero tampoco ahora estás sola: sobre tu corto cauce navega una pequeña barquita desde la cual quisiera remar con fuerza para evitar que el agua se derramase por la escarpada catarata de la agonía. Tarea inútil en el jardín de la realidad, pero gesta inigualable en el país de la fantasía. Quisiese poder construir un dique para que tu agua dulce jamás se confundiese con el sal de las aguas calmas del océano, pero no soy quien de privar tu descanso con estanques formados con las calcinosas barreras que se levantan por mi ego irracional.
Tu cauce llega al fin y yo debo apearme en la orilla, porque mis propias aguas siguen su camino. Hasta ahora nuestras vertientes trazaban un rumbo paralelo, pero ahora las colinas nos separan haciéndome discurrir por un sendero más amplio.
Ahora solo me queda mantener intacta la torre de la esperanza sabiendo que, al igual que tu cálido abrazo maternal me aguardaba cuando brotaban mis propias aguas del manantial de tus entrañas, esos mismos brazos me seguirán esperando como un estuario al final de mi peregrinar.
Ahora es tu turno, vida; juega bien tus últimos peones porque pronto llegará el turno en que mi dama me asista en la última acometida, propiciándote la estocada final. Dejará de haber tregua cuando la razón se alce, de nuevo, como soberana de mi ser y se esfume la idea de que mis lágrimas pueden devolver la vida, como las del ave fénix.
Te dejo, mamá, en aguas mejores. Estarás en buena compañía. Contigo siempre.


jueves, 9 de septiembre de 2010

Una palabra de ánimo para C. I.

Los engranajes de los relojes siguen la infinita, contingente e infructífera persecución del tiempo. Mientras tanto, este pequeño blog continua su batalla incesante contra el gran monstruo que es el olvido.
El peregrinar de estos días encerraba en sí un camino lleno de manantiales con un agua límpida, dichosos de llenar estas líneas de ávidos y suculentos comentarios capaces de poner en vilo la atención de todo aquel que se dignase a leer estas líneas.
Pero, al contrario, en aquel mismo sendero no destacaba el brillo de la magia que ilumina las sonrisas; tampoco llamaban la atención las montañas de ilusión por unas vacaciones tardías que daban una vida nueva a muchas personas, ni los ríos de cultura que fluían a través de unas conferencias que reposaban, a veces, en los estanques del aburrimiento; lo que en verdad se alzó ante mis ojos como un escarpado barranco infranqueable fue la nimiedad de un desánimo; el desánimo de una persona querida que veía frustrada una esperanza.
Dicen que una mala acción, un juicio mal elaborado o una mala elección puede destruir una vida. Sea dicho, también, que no estoy de acuerdo con ello. Muy a la contra, creo que ningún camino puede conducir a un absurdo nihilismo, ni a la total desesperación. Incluso en el más frondoso de los bosques se puede hayar un haz de claridad. Incluso en el más arisco de los caminos podemos aprender a superar los obstáculos.
Porque la vida, a veces, es una mala compañera de aventuras; puede ser traicionera y desleal... Con ella, en fin, puedes darlo todo y acabar por no recibir nada; o, al menos, no recibir lo que esperabas a cambio por tu esfuerzo.
Sin embargo, has de ser consciente de que en ese constante panegírico donde lloras las penurias provocadas por el gran relámpago de la injusticia tus lágrimas no fluyen solitarias por tu faz. ¡No! En sintonía, como una misma harmonía que da lugar a un canto  unísono están las lágrimas de aquellos que sufren contigo; de aquellos que saben que por muy funesta e injusta que sea la vida, no es enemigo cuando no combates solo. Porque, luchando juntos, ni el mayor de los obstáculos puede hacernos frente.
¡Ánimo! Porque solo resbalando se aprende a patinar.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Los mejores 25 largometrajes que he visto de antes de los '70.

Cualquier amante del cine sabe que por su interior siempre fluye, con la fuerza de la lava espesa de un volcán, una vena nostálgica que le invita a cerrar sus ojos y contemplar el mundo de fantasía que se fue fraguando con el yunque de la tecnología y la maza de la originalidad que un sinfín de personajes fue ideando desde que en 1898 los hermanos Lumierè tuvieron la osadía de querer encerrar el movimiento en una pequeña cinta; una cinta que será desde aquel momento en adelante la prisión donde lo posible y lo imposible traban amistad; la cinta donde nacía el único arte capaz de contener en sí todas las restantes artes...
He aquí mi lista de los 25 títulos de antes de 1970 que más han despertado mi curiosidad (para más información, pinchando sobre el título se abrirá un enlace a su página correspondiente en la página web de filmaffinity):

lunes, 23 de agosto de 2010

Recuerdos y tulipanes (2)


Sin embargo, cayó en la cuenta de que aquel sufrimiento reforzaría, todavía más, la heroicidad de su vida. Así, movida por el egoísmo de quien sabe que todo su esfuerzo será reconocido, aún pudiendo vanagloriarse sacando a la luz su “humildad” y su “desinterés”, sus dedos se tensaron clavando las uñas de sus manos en el sucio y resbaladizo asfalto, iniciando toda una liturgia con su cuerpo: sus codos rasgaban el asfalto impulsando, con la ayuda de sus caderas, aquel cuerpo semialetargado, e inútil para llevar a término lo que deseaba en aquel momento: escapar de la muerte y conseguir...
-Veamos, señorita Belladona, ¿podría dejarse usted de tanto discurso barato y comenzar a exponer lo que sucedió con los archivos y cuál es el paradero de la doctora Velázquez?
Queridos amigos, ya que el magistrado del caso Velázquez, el “ilustre” doctor don Enrique Forbes de Araujo, ha decidido cortar de improvisto el transcurrir de mi exposición con la escasa amabilidad y la denostada impaciencia que posee un magistrado con una treintena de años desempeñando el mismo cargo, debo hacer gala del tiempo que el dios Cronos (y digo Cronos porque hoy en día no se puede nombrar al verdadero creador del tiempo) me brinda y comenzar por lo que debería haber hecho al empezar a relatar estas páginas: darme a conocer.
Mi nombre es Silvia Belladona. El segundo apellido no lo he nombrado ni, por supuesto, voy a hacerlo, al igual que tampoco os he dicho mi verdadero nombre. No porque quiera ser conocida por mi prepotencia (aunque evitando juicios valorativos, que no son necesarios para el fin que buscamos ahora, tampoco doy por supuesto que no tenga la susodicha prepotencia) ni mucho menos porque estime probable que se vaya a hacer equivaler mi parca personalidad a la del más excéntrico superhéroe.
En fin, para evitar la rimbombancia verborreica que hace cuestión de segundos despertó el ánimo e hizo claudicar la paciencia del magistrado, me limitaré a aclarar lo que seguramente ya circula por la mente de tan ávidos lectores, y es que, el no manifestar el apelativo por el que mis padres me dieron a conocer a la sociedad es simplemente para poder sobrevivir en este mundo donde el poder se confunde con la corrupción y la justicia con su contrario.

sábado, 21 de agosto de 2010

Recuerdos y tulipanes (1)


Desafiando las leyes de la física, sus pies enfundados en unas sencillas, a la par que elegantes, bailarinas de color beige se deslizaban, aunque no sería fantasioso decir que volaban, sobre el frío asfalto de aquel oscuro lugar creado por la mano del demonio.
Su cazadora de piel no podía contener su pecho, que buscaba esfumarse a un lugar recóndito, alejado de aquel terror que transformaba su sangre en veneno, un veneno que comía sus entrañas.
Las gotas de agua caían con furia. Ella sentía como si cien mil alfileres se clavasen en su rostro anticipando su muerte; sus dorados y otrora seductores rizos se habían transformado en una masa compacta que únicamente dificultaba su veloz peregrinar hacia el infinito.
Un sudor frío brotaba de su cuerpo sobre la madura piel, en la que se empezaba a notar, sin posibilidad de disimulo, el largo transcurrir de los años. Soportando, aunque sin otra alternativa, las inclemencias del tiempo, aquel mismo sudor se osaba a abalanzarse iracundo a lo largo de su estrecha frente. Como si de un tobogán se tratase, su nariz acogía a lo largo de su envergadura el transcurrir de aquellos ríos que desembocan en sus labios. Allí se condensaban con las gélidas expiraciones que no parecía pudiesen manar de unos pulmones tan diminutos.
En el transcurrir de esta huída frenética el pánico tensaba sus músculos; las uñas de las manos se clavaban en sus palmas como si fuesen avestruces escondiéndose del peligro. Sus brazos, sin embargo, parecía que se dislocasen en aspavientos variopintos que cortaban el aire con violencia.
Dobló en la primera bifurcación que encontró para intentar perderse, o mejor esconderse, entre los muros de aquel barrio laberíntico. Vanamente repitió el proceso en varias ocasiones hasta que el gemelo de su pierna izquierda se alzó en rebelión contra el resto de su cuerpo tensándose con firmeza hasta que logró que ella cayese al suelo acusada por el agobio. Un sollozo burló entonces aquel silencio interminable mientras recordaba con nostalgia y lamento las horas de gimnasia rítmica que habían hecho de ella una atleta sin parangón; una atleta sin parangón en su infancia y juventud, obviamente. En este preciso momento en que necesitaba todas sus cualidades, sin embargo, se hallaba sola e indefensa ante aquel claustrofóbico callejón que probablemente sería el paredón que pondría el paréntesis final a su vida sacrificada pero poco fértil.
Allí, tirada en la calle, sin poder mover su pierna, era talmente como un cervatillo enredado en una retama que aguardaba sin esperanzas la llegada del cazador. El pavor era tal que por un momento su mente se cubrió con un velo de luto; deseaba que todo acabase. Quería ser encontrada por fin y entregarse a aquella funesta muerte de una vez por todas.

Funny Games (lo mejor de Michael Haneke)


Funny Games es la representación de una película tanto extraordinaria, original, entretenida... como dramática, dura, sanguinaria, cruel... pero que, al fin y al cabo, encierra un mensaje severo y claro, que podemos entender en clave de metáfora: es una crítica a las nuevas propuestas cinematográficas, donde la violencia es gratuita y no encierra más que un sinsentido total, y que, pese a ello, entretiene y divierte a los espectadores, quienes se recrean en el dolor ajeno sin el menor atisvo de compasión...
Michael Haneke nos presenta una obra con un guión muy cuidado, en el que los protagonistas realizan unas interpretaciones tan puramente realistas, que dotan a la película de unos niveles de tensión que solo son posibles de entender llevando a cabo el visionado del film. Y, con gran pena por tener que contradecir al maestro del suspense, tengo que decir que en esta película se demuestra que la tesis de Alfred Hitchcock, por la cual afirmaba que en las películas no se debe trabajar con niños, es errónea, ya que el niño protagonista de esta obra ya supone una excepción.
Es especialmente relevante la caracterización de los allanadores, que suponen, curiosamente, uno la antítesis del otro: moreno, delgado, frío y calculador, por un lado; rubio, gordo, bobo y sentimental, por otro... pero, unidos por el carácter sanguinario y despiadado.
spoiler:


Ni que decir tiene que el agobio del espectador está asegurado, sobre todo en el momento de clímax de la película, cuando los secuestradores asesinan al niño mientras padre y madre observan, aterrados y paralizados por el sufrimiento, como cae el cuerpo, ya sin vida, de su vástago.
Para dar rienda suelta al morbo y a la fantasía de los espectadores, Haneke realiza un hábil juego de imagenes mediante las cuales evita, a través de pequeños detalles, la grabación explícita de las secuencias violentas. Así podemos observar una pelota de golf que intuye el fatídico desenlace, o una televisión que nos sitúa fuera de la acción principal en el momento del primer disparo...
Pero, sin duda, lo más bello y a la vez repulsivo de la película, es la capacidad de manejar a la familia, como si de títeres se tratase, de que el director dota a los asesinos: el desenlace fatal ya está decidido, y si alguien intenta cambiarlo, basta con rebobinar la escena.
Por si no quedaba claro que era una crítica, Haneke nos demuestra ese hecho a través de la boca de los secuestradores, que intentan entablar diálogo con el espectador, pidiendo, incluso, su consejo.
Como punto de contrapartida podemos afirmar que en algunas escenas el director intenta realzar tanto el dramatismo, que las alarga tanto que llegan a ser tediosas: la escena de los créditos iniciales, las esperas en el hall de entrada o la susodicha escena del marido y la mujer ante el cadáver de su hijo... son pruebas de ello; aunque, haciendo gala del control que tiene sobre su obra, Haneke nos pone de manifiesto su maestría aportándole el dinamismo necesario en las escenas de las huídas.
Sin duda, es una película imprescindible para los amantes del suspense.

Viaje al centro de la tierra (Porque no todo el cine es bueno)

Viaje al centro de la Tierra tiene pretensiones de originalidad e innovación. Busca una nueva adaptación del clásico libro de Julio Verne, del mismo título, evitando en todo lo posible que la acusen de ser un remake. Y, al querer todo esto, solo nos puede ofrecer una nueva oleada de clichés propios del cine comercial, que esconden un guión y un argumento simplísimos, que parecen hechos a contrarreloj.
Spoiler:
La película se centra en las peripecias de tres aventureros que llegan a lo que supuestamente sería el centro de la tierra, y que no es más que una especie de planeta inmerso en el ya nombrado. Comenzamos a observar el absurdo de la situación: cuando los protagonistas deberían estar agobiados por las altísimas temperaturas y aparecer con indumentarias rotas, sucias y mojadas, aparecen ropas impecables y nos encontramos sin atisvos de sofoco.


Examinemos a los protagonistas:
-Brendan Fraser: Deberíamos compadecernos de él. Si a Daniel Day Lewis le dejaron un año entero para preparar su papel de magnate del petróleo en Pozos de Ambición, a Fraser le deberían haber dejado toda una vida para preparar su rol en esta obra, y es que lo presentan con un sinfín de ocupaciones: arqueólogo, minero, biólogo, físico, químico, ingeniero informático, vulcanólogo, marinero, pirotécnico, buzo... esto y mucho más aderezado con unas dotes atléticas excepcionales: hace saltos de récord olímpico, se cuelga en las barcas con la agilidad de un experto gimnasta, su natación solo encuentra parangón en la de Michael Phelps y su velocidad pone en ridículo los récords de Usain Bolt.
Por Dios, está bien querer imitar a Indiana Jones; pero no, quererlo dejar en mal lugar.
-La chica: Sin duda, los fans de Doraemon deberían abstenerse de ver esta obra, dado que la chica no es más que una competidora del simpático muñeco de animación. Y es que, su mochila, que da la impresión de ser normal, parece tener unas caracterísiticas sobrenaturales; si no, es imposible explicar como de ella pueden salir: multitud de bengalas, tela suficiente para fabricar una vela, tres cascos con linternas, varias barritas energéticas y, al menos, 180 metros de cuerda, si no me fallan los cálculos.
¡Que tiemble Doraemon, esta chica no se anda con bromas!.
-El niño: ¿Qué se va a decir de un niño mimado que hace de niño mimado?
Hay que ver los avances tecnológicos de los que podemos gozar... ya podemos entrar en el Google a más de 10000 pies de altura a través del Wi-Fi de una PSP sin tener que sufrir tiempos de espera... y a mi, que no me dejan encender ni el móvil cuando viajo en avión...
Aunque, lo mejor de la película son los diálogos filosóficos del niño: "¿Y esto qué es?", repite constantemente. ¿Es que se encuentra siempre ante la infinitud de lo desconocido y busca explorar todo aquello que lo hace sentirse pequeño... o será más bien que se hace esta pregunta al ver los desastres argumentales que se suceden a lo largo del desarrollo de la película?
En fin, si usted pretende viajar a Islandia, recuerde que la franja diurna dura 6 meses y no 12 horas.
Para finalizar, querido amigo, me gustaría pedirle que me avisase si conoce la marca de gomina de los protagonistas, ya que resiste caídas kilométricas, inmersiones en grandes océanos y carreras sin fin... sin dejar que se mueva ni un solo pelo.

Corre, Lola, Corre (Lola Rennt)...


Con la experiencia ganada como miembro de la Generación MTv, Tom Tykwer realiza un excelente thriller de acción trepidante en el que el espectador no tiene ni un momento libre para poder parpadear.
La diversión y la tensión están aseguradas de principio a fin, tanto por el argumento, que al tener tres finales alternativos, alcanza tres momentos de clímax distintos, como por la calidad de la dirección, ya que Tykwer realiza un brillante juego en el que adapta los efectos característicos del videoclip a las características del largometraje: entre ellos destacan los planos envolventes dentro de varios escenarios, la introducción con efectos de animación, o los filtros de imagen, que aportan angustia y tensión en algunas escenas base...
Seguramente, con esta actuación, Franka Potente abre las puertas al cine comercial, que le brindará un papel en el fantásitico thriller El Caso Bourne. Y es que la actriz, en esta obra, no deja de poner en alerta al espectador, manteniendo la tensión correctamente, que es lo que mejor se le puede pedir a una actuación de un thriller.
La B.S.O. es un gran compendio de música electrónica que le sienta a la película como anillo al dedo, contribuyendo a realzar el dinamismo de las escenas de acción.
spoiler:
A parte de un argumento principal, que se desglosa en tres finales, en los que Lola debe salvar a su novio Mani, en la obra aparecen varias historias paralelas. En ellas observamos un magnífico juego del director, que nos las presenta a través de una original superposición de fotografías. Y, al gozar el film de un estupendo montaje, el espectador no solo está ansioso por conocer los distintos finales del argumento, sino que también se siente intrigado por conocer los cambios en las historias paralelas de los personajes secundarios.
El contrapunto de la obra se puede encontrar en la falta de realismo o en pequeños detalles absurdos, como los constantes gritos de la chica, tan estridentes que rompen los cristales. Este tipo de detalles pueden disgustar a los espectadores más exigentes, aunque no fueron motivo suficiente para hacer perder a la película la gran reputación internacional que ha tenido. Y es que, desde que fue premiada en el festival de Sundance, el año de su estreno, la carrera de la película fue tan veloz y larga como la de nuestra querida protagonista.

jueves, 19 de agosto de 2010

Día 2: De nuevo parezco estar ante una nebulosa que me impide ver un horizonte claro y despejado. Mi mente vuelve a protestar airada por la sacudida despiadada que la ha despertado de su relajado letargo; sin embargo, la escaramuza de ayer parece que ha puesto fin a la fatigosa batalla de dar origen a una idea que esconda la faz del vacío... Por ello, aquella Bella Durmiente que antes descansaba en profundo sueño ha permitido que su hechizo fuese roto por un príncipe azul llamado esfuerzo, y por fin ha logrado levantarse con ímpetu, deseosa de poder escribir el segundo capítulo de esta historia caótica, fruto de las aventuras de un fantasioso joven; un joven que quiere volar a través de un mundo donde la ilusión se transforma en esperanza y los recuerdos en realidades, intentando llegar a la madurez a la que todo ser humano aspira...
Pues bien, este segundo capítulo está dedicado a un evento que hizo las delicias de muchos jóvenes cristianos de la Península Ibérica. Muchos sabréis que estoy hablando de la PEJ (Peregrinación y Encuentro de Jóvenes). No voy a dedicarme a hacer una descripción exhaustiva de la misma por dos razones: en primer lugar porque existe una página web dedicada exclusivamente a patrocinar y explicar con detenimiento el origen y desarrollo del acontecimiento; y, en segundo lugar, porque ya no podremos disfrutar de él hasta la próxima década; tiempo suficiente para poder publicar sucesivas entradas en este u otro blog.

Más bien, prefiero centrarme en lo que me ha llegado a lo más hondo de mi corazón durante esos siete días inolvidables: no voy a negar que Aquel a quien he dedicado la primera entrada del blog sigue jugando un papel importante, pero en este caso no voy a centrar en Él mis palabras, sino más bien en un pequeño -o no tan pequeño- grupo de personas a los que desde aquel momento -y espero que por el resto de nuestras vidas- los conozco calificándolos a través de un denominador común conocido como amistad. Y no hablo de amistad en un sentido genérico, como una realidad intrascendente que mueve a compartir momentos de ocio inolvidables sin mayor repercusión en nuestras vidas; tampoco hablo de una amistad que gira como el tambor de un revólver, que solo juega a favor de aquel que controla la dirección de su destino; ¿acaso podría ser la unión de dos personas que comparten su tiempo en hacerse el bien el uno al otro? podría ser, pero tampoco me refiero con esto a lo que quiero designar como amistad.


No voy a dar los nombres de aquellos a los que considero mis verdaderos amigos, porque sería una falta de cortesía y respeto hacerlos protagonistas de estas líneas pobres y contingentes sin su consentimiento explícito. Sin embargo, estoy plenamente convencido de que aquellos a los que van destinadas estas líneas se darán por eludidos al leerlas, y quizás se encuentren reflejados en ellas.
Pero, volviendo al meollo del asunto y dejando de lado la digresión, no puedo más que decir que los verdaderos amigos son aquellos que se asemejan a lo que un sabio macedonio del siglo IV a.C. al que todos conocemos, Aristóteles, hizo centro de sus reflexiones cuando decía: "¿Qué es un amigo? Un amigo es una sóla alma que habita en dos cuerpos diferentes"... Una sola alma que es capaz de unir fronteras, de hacer que dos o más personas compartan un mismo sentir, de hacer que dos trozos de madera y unos hierros regalados por un humilde anciano que viste de blanco al mundo hagan sentir que un par de personas comparten una misma meta; una sola alma que permite que una sonrisa sea vehículo suficiente para sentir el aprecio de alguien que estaría dispuesto a ceder sus deseos por los tuyos, o que la palabra hermano ya no tenga que ver exclusivamente con la herencia sanguínea, sino con los mismos sueños que dos AMIGOS comparten...
A ti, mi gran amig@ de la PEJ, GRACIAS!!!

miércoles, 18 de agosto de 2010


Cada vez que tu mano blande como una espada un instrumento de escritura, bien sea un lápiz, un bolígrafo, una pluma... incluso un cincel o el quizás más sofisticado teclado de un ordenador, y los engranajes de tu mente comienzan a chirriar entonando un canto de protesta por interrumpir su retiro en las colinas de la vaguería, comienza un juego, a modo de batalla, entre aquello que queréis decorar plasmando vuestros pensamientos, y vuestro intelecto, que comienza a funcionar como un coche patrulla en su búsqueda frenética de un fugitivo; un fugitivo, que en este caso no es más que una idea a la que podamos considerar digno ocupante de la primera entrada de nuestro blog...

Y, como no podía ser de otra manera, debemos ceder tal honor al Único en el que todos los caminos confluyen, a Aquel en quien todas las cosas se hacen posibles, al Señor que permite que estas letras se junten dando consistencia y coherencia a unas palabras pobres y escasas, incapaces de contener entre sus muros la descripción de un acto de amor que desborda todo límite que el hombre pueda elaborar con su pensamiento, el acto de su entrega total a los hombres... Por Él y para Él va dedicada esta primera entrada.

SEGUIDORES