En el rincón más oculto de la fantasía, la realidad baila una danza macabra con la ficción y los recuerdos disfrutan sus días cortejando a los deseos, que juegan caprichosos por los bucólicos jardines del palacio de la esperanza. Allí todo tiene un lugar donde reposar como una gota de agua que se funde al caer en el mar. Os doy la bienvenida a un mundo donde el caos cobra armonía... esto es el mundo de Doblezero.

jueves, 19 de agosto de 2010

Día 2: De nuevo parezco estar ante una nebulosa que me impide ver un horizonte claro y despejado. Mi mente vuelve a protestar airada por la sacudida despiadada que la ha despertado de su relajado letargo; sin embargo, la escaramuza de ayer parece que ha puesto fin a la fatigosa batalla de dar origen a una idea que esconda la faz del vacío... Por ello, aquella Bella Durmiente que antes descansaba en profundo sueño ha permitido que su hechizo fuese roto por un príncipe azul llamado esfuerzo, y por fin ha logrado levantarse con ímpetu, deseosa de poder escribir el segundo capítulo de esta historia caótica, fruto de las aventuras de un fantasioso joven; un joven que quiere volar a través de un mundo donde la ilusión se transforma en esperanza y los recuerdos en realidades, intentando llegar a la madurez a la que todo ser humano aspira...
Pues bien, este segundo capítulo está dedicado a un evento que hizo las delicias de muchos jóvenes cristianos de la Península Ibérica. Muchos sabréis que estoy hablando de la PEJ (Peregrinación y Encuentro de Jóvenes). No voy a dedicarme a hacer una descripción exhaustiva de la misma por dos razones: en primer lugar porque existe una página web dedicada exclusivamente a patrocinar y explicar con detenimiento el origen y desarrollo del acontecimiento; y, en segundo lugar, porque ya no podremos disfrutar de él hasta la próxima década; tiempo suficiente para poder publicar sucesivas entradas en este u otro blog.

Más bien, prefiero centrarme en lo que me ha llegado a lo más hondo de mi corazón durante esos siete días inolvidables: no voy a negar que Aquel a quien he dedicado la primera entrada del blog sigue jugando un papel importante, pero en este caso no voy a centrar en Él mis palabras, sino más bien en un pequeño -o no tan pequeño- grupo de personas a los que desde aquel momento -y espero que por el resto de nuestras vidas- los conozco calificándolos a través de un denominador común conocido como amistad. Y no hablo de amistad en un sentido genérico, como una realidad intrascendente que mueve a compartir momentos de ocio inolvidables sin mayor repercusión en nuestras vidas; tampoco hablo de una amistad que gira como el tambor de un revólver, que solo juega a favor de aquel que controla la dirección de su destino; ¿acaso podría ser la unión de dos personas que comparten su tiempo en hacerse el bien el uno al otro? podría ser, pero tampoco me refiero con esto a lo que quiero designar como amistad.


No voy a dar los nombres de aquellos a los que considero mis verdaderos amigos, porque sería una falta de cortesía y respeto hacerlos protagonistas de estas líneas pobres y contingentes sin su consentimiento explícito. Sin embargo, estoy plenamente convencido de que aquellos a los que van destinadas estas líneas se darán por eludidos al leerlas, y quizás se encuentren reflejados en ellas.
Pero, volviendo al meollo del asunto y dejando de lado la digresión, no puedo más que decir que los verdaderos amigos son aquellos que se asemejan a lo que un sabio macedonio del siglo IV a.C. al que todos conocemos, Aristóteles, hizo centro de sus reflexiones cuando decía: "¿Qué es un amigo? Un amigo es una sóla alma que habita en dos cuerpos diferentes"... Una sola alma que es capaz de unir fronteras, de hacer que dos o más personas compartan un mismo sentir, de hacer que dos trozos de madera y unos hierros regalados por un humilde anciano que viste de blanco al mundo hagan sentir que un par de personas comparten una misma meta; una sola alma que permite que una sonrisa sea vehículo suficiente para sentir el aprecio de alguien que estaría dispuesto a ceder sus deseos por los tuyos, o que la palabra hermano ya no tenga que ver exclusivamente con la herencia sanguínea, sino con los mismos sueños que dos AMIGOS comparten...
A ti, mi gran amig@ de la PEJ, GRACIAS!!!

1 comentario:

  1. primeroo lo que dices de describir la pej no lo puedes acer
    sabes porque?
    porque la pej es indiscriptible
    que sepas que me encanta tu blog un besazoo
    martaaa!!

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